En 1950 se construía uno de los edificios icónicos del centro de Concepción, el mercado central de Concepción. Dentro de las instalaciones del mercado se comercializan artesanías, frutas, verduras, carnes y pescados, especias, ropa, animales domésticos entre otros productos. Su característico techo en forma de hangar, que atraviesa entre las calles Ramón Freire y Maipú, las vendedoras de flores por la calle Caupolicán y los vendedores de pescado por Rengo.
La construcción del Mercado Central de Concepción fue liderada por Tibor Weiner, arquitecto húngaro y asociado al movimiento Bauhaus, y Ricardo Müller, quién había dirigido la construcción del Estadio Nacional, como parte del plan de recuperación comercial y arquitectónico posterior al terremoto del año 39
El Mercado Central de Concepción no siempre estuvo ubicado en ese lugar, el primer mercado, a principios del Siglo XIX se le conocía como la “Recova”, debido a que en ese lugar se vendían aves de corral, y estaba ubicado en la esquina de Maipú y Caupolicán. En la esquina de Freire y Caupolicán estaba la antigua Cárcel, que a fines de este siglo se trasladó. En los planos entre 1870 y 1900 se puede ver que la “Recova” abarca gran parte de la cuadra por Caupolicán.
El Terremoto de Chillán y Concepción en 1939, el cual destruyó gran parte de la ciudad, fue lapidario para la ciudad y la arquitectura de Concepción y Chillán. Se habla de alrededor del 95% de las casas fueron seriamente dañadas en dicho terremoto y causó el récord de mayor cantidad de fallecidos en Chile, con aproximadamente entre 24.000 y 30.000 muertos. Además, de generar que la cordillera de la costa, entre el Río Itata y el Río Biobío, se elevará más de un metro. El Mercado de Concepción tampoco pudo resistir tal catástrofe, quedando completamente destruido y reducido a escombros.
El mercado se mantuvo de forma “provisoria”, con las estructuras construidas y armadas posterior al terremoto, durante los años 40. En esa década ya se vislumbraba edificaciones relevantes dentro de la ciudad, Estación de Ferrocarriles, Hospital Regional, etc.
Luego de un cambio radical en el proyecto original, se comienza a construir en 1947 y en 1950 se inaugura el icónico edificio del mercado, para el IV Centenario de fundación de la ciudad de Concepción.
Con el pasar de los años, los alrededores del mercado se fueron modificando, por ejemplo, en 1980 se decide construir la Galería las Palmas, por el lado de Rengo, desplazando la zona de carga y descarga de camiones, reduciendo el acceso a lo que hoy en día se ve por esta calle. por el lado de Caupolicán se eliminaban los estacionamientos para construir la “Pérgola de las flores”, donde se ubican los locales dedicados a la venta de arreglos florales.
La robusta construcción del mercado le permitió aguantar sin problemas a dos de los eventos más catastróficos de nuestro País, el terremoto de 1960, el primer terremoto previo al de Valdivia tuvo como epicentro a Concepción y duró 35 segundos, y al terremoto de 2010, el sexto terremoto más fuerte en el mundo, junto con el de Ecuador y Colombia en 1906, con una magnitud de 8,8° en la escala de Richter. Indómito con ya 60 años desde su construcción y ninguna catástrofe había sido capaz de inutilizarlo, hasta que el fuego lo logró.
A fines del mes de Abril de 2013, para ser más específicos, el 28 de Abril bajo la pálida luz de los rayos de sol otoñales, propios de esta época del año en Concepción; nuestra Compañía fue despachada a un Incendio en las instalaciones del mercado, el pre informe emanado por la central de alarmas era elocuente: “ Incendio en Mercado”. En efecto, a las 11:41 horas nuestro querido Renault Midlum 270 (B-7) conforma el primer despacho del día, siendo además la primera máquina del Cuerpo de Bomberos de Concepción en llegar al lugar.
La tripulación de la Séptima llegó a cargo de nuestro Teniente Cuarto (de la época), Sr. José Tomás Mahuzier, quien al percatarse de la envergadura de la emergencia, que hasta ese minuto solo contaba con la información emanada por la central, y la que se pudo evaluar al llegar al lugar, rápidamente dió las instrucciones para comenzar las maniobras de extinción, y en conformidad de la magnitud del fuego y su extensión, también dió la Alarma de Incendio, que implica el arribo de más máquinas al lugar.
Ágilmente el Cuerpo de Bomberos de Concepción se desplegaba en el lugar. Llegaron los Comandantes y Oficiales Generales, tomando la decisión de que el incendio asumiera el carácter de Segunda Alarma de Incendio, y asimismo solicitar apoyo a los cuerpos de bomberos de las comunas aledañas, asistiendo unidades del Cuerpo de Bomberos de Talcahuano y Hualpén.
En paralelo con lo anterior, se veía desde distintos puntos de la ciudad, la gran columna de humo, que incluso en cuadras cercanas al siniestro, hacía parecer nublada la ciudad tras bloquear la luz del sol.
Así entonces, el despliegue era también de la prensa, que junto con la gente que transitaba por el centro penquista aquel día, se agolpaba a ver las enérgicas llamaradas y el trabajo de bomberos, desde por ejemplo, la esquina de Freire con Caupolicán, donde personal de carabineros “cercó” el paso. Ahí de hecho, y según las mismas personas agrupadas en la intersección, se sentía el calor por radiación.
Para ese momento nuestra Compañía ya trabajaba en dos flancos, con nuestras dos unidades operativas. Como se mencionó en un inicio, nuestra carro bomba (B-7), cuya especialidad es precisamente la extinción de incendios, se encontraba trabajando por la calle Rengo. Esta unidad trabajó con un grupo de voluntarios que se encontraban en el cuartel al momento del despacho y con aquellos que llegaron desde sus casas, ya que la magnitud de la emergencia así lo ameritaba. Se trabajó directamente en la extinción por el acceso principal del mercado, junto con ayudar a los trabajadores del lugar a retirar algunos bienes, que aún no eran alcanzados por las voraces llamas.
Por otro lado, en calle freire esquina Caupolicán, estuvo nuestra segunda unidad que vió acción aquel día. Hablamos de nuestra unidad de Rescate Técnico Pesado (Rx-7), que cuenta con material para la extinción de incendios y una poderosa bomba capaz de desalojar 3000 litros por minuto. Si bien, este carro y su tripulación la cual también llegó desde sus hogares, no trabajó en las labores de extinción o abastecimiento directamente, realizó una labor muy importante también, armó el grupo “RIT”. La sigla “RIT” significa en inglés “Rapid Intervention Team”; este grupo de bomberos tiene como función realizar búsqueda y rescate de bomberos caídos al interior de los incendios. Este grupo de bomberos se activa para incendios de gran envergadura, con el fin de estar preparados ante la situación de un bombero caído. Cabe destacar que ningún bombero resultó lesionado del trabajo al interior del Mercado.
Conforme a lo consignado por el parte de acto de servicio de nuestra Compañía, el día 28 de abril de 2013 la Séptima trabajó desde las 11:41 horas hasta las 17:20 horas del mismo día, contando con el trabajo de 40 voluntarios en fila, junto con la labor de algunos cadetes. Al mando de nuestra Compañía estuvo el Teniente Primero, Jorge Bohle y al mando del Cuerpo de Bomberos estuvo el Primer Comandante de la institución, Sr. Leonardo Palma F.
Si bien se establece la hora de término como las 17:30 horas, la guardia nocturna de ese día tuvo que asistir a dos rebrotes durante la noche y la mañana del día siguiente. Si bien se logró controlar y extinguir el incendio, por la gran cantidad de escombros y focos existentes, varios hicieron reignición. Finalmente, el mercado resultó con más del 65% de daños en su estructura, siendo la techumbre la parte más afectada. Hubo 370 familias perdieron sus fuentes de trabajo con el incendio. El esqueleto icónico del mercado sigue ubicado en ese mismo lugar, con un aire de incertidumbre y como un emblema del patrimonio existente en una de las cuadras más caras de la ciudad.
Los locatarios del Mercado Central fueron reubicados con la construcción de un “mercado provisorio” ubicado en calle O’Higgins esquina Prat, mientras se resuelve la situación del mercado central, inmerso en un sin fin de debates políticos y legales.
Fuentes: