El Teatro Concepción fue el segundo teatro que tuvo la ciudad de Concepción. Se comenzó a construir en 1851, en la calle Barros Arana esquina Orompello, en reemplazo del Teatro Galán, incendiado en 1882. Su lujosa sala permitió la realización de espectáculos de ópera, ballet, zarzuelas y obras de teatro. Debido a problemas financieros en los años sucesivos, también habilitó su sala para la exhibición de películas, si bien no había sido diseñado con esa finalidad.
En 1928, luego de una crisis económica, la propiedad del teatro es adquirida por la Universidad de Concepción. Una década más tarde, luego del terremoto de 1939, el edificio resulta con varios daños, pero reabre sus puertas manteniéndose muy activo durante las décadas de 1940 y 1950. Tras el terremoto de Concepción de 1960, el edificio quedó al borde del colapso, por lo que fue abandonado durante trece años, hasta que, en 1973, el edificio es arrasado por un voraz incendio. En 1976, tras su abandono, las autoridades ordenaron su demolición.
Con esa frase, el diario El Sur destacaba el 22 de septiembre de 1973 el incendio que se había producido un día antes.
La Compañía se encontraba de guardia preventiva de reemplazo en el cuartel de la 5ta Compañía cuando el viernes 21 de septiembre de 1973, a las 10:40 horas se daba la alarma de incendio en el antiguo Teatro Concepción, la que rápidamente escaló a 2° alarma de incendio, donde trabajó la totalidad de las compañías del Cuerpo de Bomberos de Concepción, más la ayuda de la 9° Compañía de Bomberos de Talcahuano.
El carro, tripulado por el Capitán y el Teniente 2° en sus primeros momentos, se armó al grifo ubicado en Orompello con O´higgins. Se trabajó por el sector de Orompello, evitando que el fuego se propagara hacia las casas del frente, labor apoyada por la 2° y 4° Compañías. A cargo de la Compañía se encontraba el Capitán. Vol Sr. Uwe Schotte. En el trabajo de extinción se utilizó el siguiente material:
Se trabajó ardua y continuamente hasta las 19:00 horas, encontrándose a cargo del incendio el Sr. Comandante. El Teniente 1° Sr. Herbert Fahrenkrog no asistió al incendio por encontrarse en la ciudad de Santiago junto a Agilolf Reisseneger.
Asistieron los siguientes voluntarios:
Una vez sofocado el incendio, aproximadamente a las 18:00 horas, el Ejercito decide poner explosivos en el escenario para derrumbarlo, ya que quedo en muy malas condiciones después del incendio. Para tales efectos le solicitan a la Compañía enfriar los muros para poder poner las cargas. Tal labor estuvo a cargo del Teniente 2° y tuvieron que armar un ataque por la telescópica Mercedes Benz de la Segunda Compañía. Una vez enfriado los muros, el Ejercito colocó los explosivos en una gran viga que dividía el primer del resto de los pisos. Detonaron el explosivo, pero no le hizo ni cosquillas. Más aun, se reventaron todos los vidrios del edificio Tucapel, entre otras edificaciones.
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